Un pozo sin fondo.
Realmente no te importa ni quieres darle importancia. Pero sabes que todo es mas frío, que ya cada caricia no tiene el mismo sentido del que tenía antes. Ya solo piensas en que todo lo que vendrá será igual, un brutal mentira, un cachondeo vamos. No es que no quieras, es que no quieres querer. Y ese es el verdadero problema, el no querer. El tener el corazón cerrado por miedo a lo mismo. Por no saber volver a querer, y quién sabe cuándo terminarás de sentirte así. Quién será lo suficientemente valiente como para hacer que confíes de nuevo, que vuelvas a sentir, que haga que olvides todo para hacerte saber que el daño es efímero. Nada dura para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario