Todavía recuerdo cuando
besé tus labios y rompí a llorar. Era como estar en un sueño, un sueño donde te
podía ver realmente a 3
milímetros de mis labios. Y había pasado tan poco
tiempo, pero tanto en mi corazón, que ya creía que se me había olvidado como
amarte. Pero no fue así. Cierto es que las mariposas que un día habitaron en
nuestros estómagos pueden que hayan emigrado a otros estómagos, pero es que en
el mi estómago ya no hay mariposas, yo tengo un puto zoo en la barriga cuando
te veo.
Y me miras de esa manera
tan tuya que tienes de mirarme.
Y me besas de la única
forma que hace derretirme.
Y me quieres como nadie
nunca ha conseguido hacerlo.
Y te quiero como jamás a
nadie he querido.
Con esto no pretendo
sorprenderte, ni mirarte y que me devuelvas la mirada. Simplemente que
comprendas lo mucho que te quiero y te necesito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario