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sábado, 28 de mayo de 2011

Las gotas de la vida.

Ha llovido. Desde mi ventana puedo percibir el sonido de las gotas que caen por un conducto de ventilación y se rompen en el suelo. Son tan inestable y repetitivas que hipnotizan, igual que la vida misma. Suenan al compás del clock clock que a su vez roza con el aire en su camino a la evaporación. Y pensar que estas mismas gotas que me hipnotizan y me hacen desaparecer del mundo real, las que me hacen pensar, con solo una pausa de una milésima de segundo, esas mismas gotas en menos de 24 horas desaparecerán de mi vida para siempre.

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